¿Te es familiar algunas de estas situaciones? Podemos ayudarte.

Tu hijo o hija se tropieza mucho, se despista, se le caen las cosas de las manos con facilidad, tiene mala postura cuando se sienta a escribir, no puede parar quieto en una silla, le cuesta concentrarse, no controla el pis, no es capaz de atarse la lazada de los cordones de las zapatillas, salta de un renglón a otro mientras lee, confunde letras… no es casual, puede que tenga algún reflejo no integrado. Podemos evaluarlo y ponerle un programa de ejercicios sencillos para integrarlos.

¿Qué son los reflejos Primitivos?

Los reflejos primitivos son los reflejos con los que ya nace el recién nacido para asegurar su supervivencia en sus primeras semanas de vida . La aparición de los mismos desde la etapa intrauterina, nos revela su importancia de su función dentro del desarrollo del sistema nervioso.

Los reflejos primitivos  aparecen y se desarrollan durante el embarazo y los primeros meses de vida pero deben madurar, ser inhibidos . La persistencia de reflejos primarios activos después de los 6-12 meses evidencian una inmadurez del sistema nervioso central.

De mantenerse estos reflejos activos se producirá una debilidad o inmadurez cerebral, que afectará no sólo a sus habilidades motoras gruesas o finas sino también a la percepción sensorial y cognitiva.

El bebé humano hace una serie de movimientos involuntarios durante su primer año de vida que están relacionados con la integración de sus reflejos primitivos o la evolución hacia otros reflejos posturales. Estos movimientos nos ofrecen una segunda oportunidad a edades posteriores, desarrollando un programa de ejercicios personalizado y en eso se basa la TERAPIA DE LOS MOVIMIENTOS RÍTMICOS desarrollada por el Dr. Harald Bolmberg. Cuando los reflejos primitivos se integran a través del movimiento se observan resultados a nivel motor, académico, coordinación mano-ojo e incluso emocional.

  • Dislexia y dificultades de aprendizaje
  • Malas posturas
  • Pobre coordinación mano-ojo
  • Poco equilibrio
  • Pobre coordinación
  • Problemas de lateralidad y movimientos cruzados
  • Malas posturas a la hora de escribir
  • Enuresis, y problemas para controlar esfínteres
  • Problemas de atención y concentración,
  • Problemas para aprender a dar la voltereta, saltar a la pata coja o montar en bicicleta
  • Mareo por movimiento
  • Problemas de comportamiento, muy introvertido y tímido o agresivo
  • Palabras entrecortadas, lenguaje pobre y tardío.
  • Hipersensibilidad a la luz, al tacto, a los estímulos visuales o kinestésicos
  • Mala letra
  • Hiperactividad
  • Se distraen fácilmente
  • Impulsividad
  • Problemas de organización…