El masaje infantil es una técnica tierna y amorosa que nos conecta a través del mundo del tacto nutridor, con el cuerpo y las emociones del niño y la niña. En Occidente, tenemos que agradecer a Vimala Scheneider, fundadora de la Asociación internacional de masaje infantil IAIM, que nos recordara esta antiquísima tradición de muchas culturas, que con las prisas y los quehaceres diarios habíamos dejado atrás.
Los beneficios del masaje son múltiples, tanto a nivel físico cómo a nivel emocional. Uno ellos es la creación de vínculos afectivos, que le permitirán desarrollar un apego seguro, imprescindible para que el bebé se sienta cómodo, desee explorar su entorno, jugar y aprender.
Quizá no es tan conocido el impacto a nivel cerebral del masaje infantil y las implicaciones que tiene en el desarrollo cognitivo. El tacto es uno de los primeros sentidos en desarrollarse y nos brinda la posibilidad de entrar en contacto con el mundo exterior. Goddard (2005), detalla que las 5 semanas de concepción aparecen los reflejos de la retirada de la masa cutánea ante un estímulo táctil.
El área del cerebro que percibe el tacto se encuentre en el lóbulo parietal, lóbulo encargado de la integración sensorial (luego hablaremos de ella), del acceso al pensamiento abstracto, del procesamiento del pensamiento matemático (cómo vimos en el anterior post). También está relacionado en cierta medida con la capacidad de leer, la elaboración del discurso e incluso con la percepción visual. La neuropsicóloga Pilar Martín Lobo (2003), describe cómo la experiencia indica que, las actividades sensoriales facilitan la comprensión. De esta manera, el tacto actúa como integrador de la experiencia sensible y favorece el aprendizaje.
Hace tiempo que se sabe que el masaje estimula desarrollo del cerebro y maduración de sistemas entre otros, el visual (The Journal of Neurosciencie, may 6, 2009). Esto subraya la importancia del medio ambiente como factor en el desarrollo postnatal porque influye en factores endógenos del cerebro como el como IGF-1, que regula el crecimiento del cerebro y en particular, el desarrollo de la percepción visual en el córtex visual. Pero también se ha descubierto que durante una sesión de masaje se estimulan también otras áreas del cerebro cómo en el córtex en el auditivo, en la retina, en el cerebelo …
Otros estudios realizados anteriormente en recién nacidos con masaje infantil evaluaron la relación positiva que tiene con el de peso corporal, los niveles de las hormonas del estrés como cortisol, hormona del crecimiento (Schanberg y campo, 1987; Vickers et otros, 2004) y IGF-1 (campo et al, 2008).
No me gustaría dejar atrás el término de integración sensorial y su relación directa con el aprendizaje.
¿Qué es la integración sensorial? ¿Por qué es tan importante para el desarrollo?
Es el acto de organizar y procesar la información proveniente de sentidos para su uso. Por medio de los sentidos obtenemos información sobre las condiciones físicas de nuestro cuerpo y del medio que nos rodea. Las sensaciones fluyen hacia el cerebro, al que llegan constantemente un número infinito de datos sensoriales, a través, no sólo de los ojos y los oídos, sino de todos los órganos de nuestro cuerpo.
De cómo nuestro cerebro maneje esa información dependerá nuestra percepción del medio que nos rodea, de tal modo que, cuando el cerebro no es capaz de integrar bien las sensaciones, hay muchas facetas de la vida cotidiana que se ven afectadas.
Ayres (2008) explica cómo una inadecuada integración sensorial en el cerebro del niño tiene como consecuencia un aprendizaje lento o un comportamiento inadecuado, haciendo que algunos niños brillantes presenten dificultades de aprendizaje, y que otros con padres ejemplares y un entorno de crecimiento positivo muestren mal comportamiento.
Por eso, todas las oportunidades que se les ofrezcan tanto a bebés como niños y niñas de tener experiencias táctiles, a través del masaje infantil, de la manipulación de material sensorial, etc… favorece un adecuado desarrollo cognitivo y emocional.
En conclusión, el masaje infantil entre muchos beneficios físicos y emocionales tiene la capacidad de estimular el desarrollo cerebral, teniendo efectos sobre el desarrollo de:
• Una correcta integración sensorial
• El pensamiento matemático.
• El acceso al pensamiento abstracto.
• Desarrollo de otras áreas cerebrales relacionadas con lectura, el habla y la visión.
Por todo ello, no dejes de dar masajes a tus niños. Muchas veces masajeamos y nutrimos de tacto a nuestros bebés pero cuando superan el año de edad pensamos que no es tan importante. La necesidad de tacto y contacto es de por vida.
Existen cursos específicos (pregunta en Educa tu mente) para adaptar los pases de masajes a niños/as más mayores y dar herramientas para integrarlos dentro de juegos y de la rutina familiar.
También me gustaría resaltar el gran beneficio que tiene el masaje infantil dentro del aula, siendo herramienta excelente para crear el ambiente propicio para que el aprendizaje se de en su máxima expresión. Pudiéndose integrar dentro de las dinámicas de la propia clase, como en en la clase de psicomotricidad y educación física.
Susana Barriga. Neuropsicoeducadora. Facilitadora certificada por IAIM- AEMI
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