Siempre es buen momento para compartir juegos familiares entre niños y adultos, pero muchas veces, nos asalta la duda ¿les dejo ganar? ¿No te ha pasado alguna vez? ….Bueno, esto te lo planteas siempre y cuando no seas de los que no se deja ganar ni a las canicas, jeje…..
Entiendo, que lo primero que hacemos es ponernos en el lugar del niño o la niña, pensando en lo satisfecho que te sientes cuando ganas un juego, y claro está, deseamos un momento de diversión y disfrute familiar, que si pierde, a lo mejor se enfada o tiene una rabieta y adiós a la armonía….
Pero poniéndonos en lo peor… se enfada, tira el juego al suelo, no quiere seguir jugando, llora… ¿Qué aprendizaje a largo plazo puede acarrear este hecho? ¿Qué habilidades para la vida tiene la oportunidad de practicar?

A veces, tenemos tendencia a la sobreprotección, impidiéndoles vivir experiencias y explorar para evitarles disgustos o mal estar. Pero en su vida diaria nuestros niños y niñas van a tener que lidiar con obstáculos.

Pues para empezar, practicar la tolerancia a la frustración en un entorno de zona de confort, en el que el niño/a se puede permitir expresar sus sentimientos de ira, de enfado. Primero, reconociéndolos a través de las sensaciones corporales, luego poniéndoles nombre y por último descubriendo que necesidad no satisfecha hay detrás de ellos.

Todo este proceso, va a depender de la edad, por supuesto. Con los más pequeños, podemos hacerles de espejo con frases cómo…”Veo que está muy enfadado, me doy cuenta de que tu cara se está poniendo roja, roja y que tienes ganas de llorar”. El siguiente paso puede ser validar sus sentimientos… “Entiendo cómo te sientes, a mí tampoco me gusta perder y en alguna ocasión me he sentido cómo tú”…. ¡Importante! ¡Sin “peros” añadidos! ….
Le podemos ofrecer herramientas de vuelta a la calma, a través de las preguntas de curiosidad, ¿qué necesitarías para encontrarte mejor?¿Cómo crees que podrías sacar ese enfado fuera de tu cuerpo y tu cabeza? ¿Necesitas un tiempo para ti? ¿Quieres un abrazo?…… Aquí sería interesante ofrecerle herramientas, como la rueda del enfado, etc.,…
Para niños más mayores las preguntas de curiosidad podemos enfocarlas al descubrimiento de la necesidad o necesidades no cubiertas que hay detrás de estos sentimientos ¿reconocimiento?¿Poder?¿Pertenencia?, etc .

Por otro lado, se puede aprender que el error es una oportunidad de aprendizaje …. “Cuanto más juguemos, más trucos y estrategias aprendes” ….

Si te gustan los juegos de mesa, además de los juegos competitivos, donde hay vencedores y vencidos (con un montón de aprendizajes detrás de ellos), también puedes disfrutar de juegos cooperativos, en los que todos los jugadores aúnan esfuerzos para conseguir un objetivo común, aprendemos a trabajar en equipo y aquí todos ganan¡¡¡
Felices Fiestas¡¡¡ y a JUGAR ¡¡¡
Susana Barriga López.
Facilitadora de Disciplina Positiva. Neuroeducadora, Kinesiología educativa.
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